“Nos dividimos en tres mesas y cada grupo conversó acerca de acciones o situaciones concretas que han sucedido aquí, como incendios forestales, la subdivisión del territorio, proyectos industriales de alto impacto, el turismo no regulado y malas prácticas turísticas, la presencia de especies invasoras y el uso desmedido del bosque nativo, y de qué manera estas situaciones podrían poner en riesgo tanto los elementos naturales como los socioculturales del área que priorizamos la vez pasada”, dijo Tatiana Sandoval, encargada de vinculación comunitaria de la ONG Puelo Patagonia.
Cabe recordar que estos talleres forman parte de un proceso más amplio que busca integrar de manera temprana a las comunidades locales en la creación de la estrategia de conservación, con el fin de definir a largo plazo el futuro del Fundo Puchegüín, que contará con dos categorías de protección: un Área de Conservación de Múltiples Usos (ACMU) y una figura de protección más estricta.
“Me pareció interesante este modelo de trabajo previo de poder levantar las necesidades e inquietudes del territorio”, señaló Eliseo Bahamondes, habitante de la comuna de Cochamó y quien asistió al segundo taller.
El objetivo de este proceso participativo temprano, comentó Andrés Diez, director ejecutivo de la ONG Puelo Patagonia, es “construir un plan de conservación integral que conjugue la protección de la naturaleza con el desarrollo sostenible, reflejando las experiencias, prioridades y saberes de quienes habitan el territorio”.
Un proceso participativo para un área protegida mixta
Según los resultados preliminares, ya se han identificado alrededor de 20 mil hectáreas que podrían destinarse para el ACMU, zonas que podrán destinarse a actividades compatibles con la conservación —como el turismo de naturaleza o la ganadería familiar— y que serán gestionadas bajo criterios definidos junto a la comunidad.
Para definir esto a largo plazo, la iniciativa está aplicando los Estándares Abiertos para la Conservación, una metodología reconocida internacionalmente que permite diseñar estrategias integrales y participativas.
“A partir de la combinación de información técnico-científica y conocimiento local, esperamos identificar amenazas y medidas de mitigación, validar los usos tradicionales y actuales del territorio, y resguardar elementos clave como los ríos, alerces, huemules, cóndores y las actividades de subsistencia”, dijo Priscila Molina, consultora Estándares para la Conservación de The Nature Conservancy.
En la primera versión de las mesas, realizada a comienzos de este año, los vecinos no sólo conocieron en detalle la iniciativa Conserva Puchegüín, sino también eligieron los elementos naturales y socioculturales que consideran prioritarios proteger a través de esta iniciativa, destacando entre los naturales, los lagos y lagunas, el cóndor andino y los humedales, y en el ámbito sociocultural, el acceso a agua limpia, la identidad y cultura local y el turismo sustentable.
“Mi sueño es que el Fundo Puchegüín sea un lugar donde se pueda conservar la biodiversidad de Cochamó, ya que mucha del agua que consumen las comunidades locales viene de ahí”, añadió Bahamondes.
El proceso participativo continuará durante este año con una tercera ronda de mesas de trabajo, que se realizará en distintas localidades de la comuna. Las fechas y lugares de convocatoria estarán disponibles en las plataformas digitales de Conserva Puchegüín.