Este roedor es parte de la familia de las chinchillas y se encuentra en las zonas montañosas de la Patagonia. Se caracteriza por su largo pelaje gris y su cola tupida con punta negra. Es una especie de hábitos gregarios con una gran habilidad para saltar y trepar. En Puchegüín ha sido vista sobre el límite de los bosques emitiendo su característico silbido entre rocas y chauras, en el valle de los ríos Cochamó y Leones.

Ciervo nativo de las montañas patagónicas de Chile y Argentina. Transita por las zonas altas de la cordillera, dominadas por especies arbóreas del género Nothofagus, fundamental como alimento y refugio del huemul. Debido a la pérdida de hábitat, el huemul se encuentra en peligro de extinción, con una población estimada de menos de 2.000 individuos en la zona, lo que implica una caída del 99% respecto de su base histórica. La presencia del huemul en el sector sur de Puchegüín sugiere la existencia de un ecosistema montañoso bien conservado, resaltando la importancia de este área en la lucha contra la pérdida de biodiversidad.

Marsupial arbóreo, endémico de los bosques templados lluviosos de Chile y Argentina. Es el marsupial más primitivo por lo que se le considera como un fósil viviente. Tiene una dieta omnívora compuesta de insectos, huevos y una amplia variedad de frutos carnosos por lo que participa activamente de la regeneración del bosque nativo. La rápida pérdida y fragmentación de este bosque es una de las principales amenazas para el monito del monte, por lo que los extensos bosques primarios de Puchegüín son clave como refugio para esta especie.

Pequeña rana endémica de los bosques templados del sur de Chile y Argentina. Posee un peculiar método de reproducción, mediante el cual el macho incuba los huevos en su saco vocal hasta que emergen como ranas completamente formadas. Vive sobre el piso del bosque entre la vegetación próxima a zonas de agua corriente. Se encuentra en peligro de extinción debido a la modificación y destrucción de su hábitat, y puede verse afectada por el calentamiento global y por enfermedades emergentes. Los bosques primarios de Puchegüín son fundamentales como refugio para esta especie.

Es el carnívoro terrestre más grande que habita en Chile y se distribuye desde Canadá al Estrecho de Magallanes. Utiliza una amplia diversidad de ambientes incluyendo desiertos, zonas montañosas, estepas y bosques abiertos. La fragmentación y pérdida de hábitat, ha afectado la disponibilidad de alimento, refugio y territorio, lo que aumenta la presión en las poblaciones a nivel local. En Puchegüin vive predominantemente en tierras altas e inaccesibles, a pesar de que se le ve ocasionalmente en el fondo de los valles.

Es una de las aves más grandes del mundo, capaz de volar con las alas extendidas hasta a tres metros de altura. Se distribuye a lo largo de la cordillera de los Andes, desde Venezuela hasta el Cabo de Hornos, en el extremo sur de Chile. Es una especie emblemática de toda la región andina, siendo símbolo nacional de Chile, Colombia, Ecuador y Bolivia.

Ave endémica de los bosques templados lluviosos de Sudamérica reconocida por su canto y por su habilidad para moverse en el denso sotobosque. Es la principal ave agorera del pueblo Mapuche Huilliche; previene a los caminantes si el viaje será feliz o desgraciado.

Pez nativo de la Patagonia que habita en zonas con vegetación, debajo de rocas en los ríos y en las profundidades de los lagos. Se caracteriza por su resistencia a bajas temperaturas y su capacidad para sobrevivir en aguas con poco oxígeno. Las población de Puye Grande presente en Puchegüín presentan una diversidad genética única debido a su aislamiento durante las últimas glaciaciones, lo que los convierte en una especie importante a conservar.

Conífera endémica de los bosques templados sudamericanos que habita en forma discontinua entre los 39° y 43° de latitud sur, en Chile y en menor proporción en Argentina. Dada su natural fragmentación, los alerzales son ecosistemas especialmente frágiles ante el cambio climático y actualmente se encuentran en peligro de extinción. El alerce es una de las especies más longevas del mundo con ejemplares de más de 3.000 años, representando verdaderos archivos climáticos y ambientales. La protección de las 17.737 hectáreas que se encuentran dentro de Puchegüín surge como una gran oportunidad para la conservación de esta especie a nivel local y regional.

Son ecosistemas forestales que no han sido alterados por la actividad humana. Son de enorme relevancia en el contexto de la crisis ambiental y climática ya que almacenan carbono, protegen el suelo y el agua, regulan los flujos hidrológicos y retienen nutrientes. Actualmente, cubren el 7% de la superficie terrestre – y están en alarmante disminución – y representan el 35% de los bosques nativos del mundo. En Puchegüín existen más de 58.000 hectáreas de bosques primarios y su conservación es clave para asegurar un corredor biológico para los bosques templados lluviosos de la Patagonia norte.

Los humedales cumplen una función clave como suministro hídrico ya que almacenan el agua durante los períodos secos, e influyen directamente sobre la calidad del agua operando como un filtro natural que reduce el transporte de sedimentos y los compuestos tóxicos. Además, los humedales son ecosistemas que brindan alimento y refugio a una amplia biodiversidad. En Puchegüín existen humedales ribereños y lacustres que contribuyen a la regulación de los ecosistemas presentes en el Estuario de Reloncaví.

Los glaciares juegan un rol esencial en la regulación hídrica de los diferentes ecosistemas que se desarrollan aguas abajo, así como en la provisión y regulación de aguas para las comunidades humanas. Los glaciares de la Patagonia norte contribuyen significativamente al suministro de agua durante el verano, siendo particularmente críticos en un contexto de cambio climático. Dentro de Puchegüín hay más de 4.000 hectáreas de glaciares concentrados principalmente en el Valle del Frío.

Apodada el “Yosemite de Sudamérica”, la región de Cochamó es reconocida internacionalmente por sus imponentes muros de granito que recuerdan al famoso parque nacional norteamericano. Estos paredones verticales se elevan desde el valle hasta los mil metros de altura y son un paraíso para escaladores de todo el mundo. A su vez, estas paredes, esculpidas por la erosión glaciar durante milenios, son un gran insumo para estudiar las fuerzas que han dado forma a los paisajes emblemáticos de la Patagonia.

Las pictografías o pinturas rupestres son dibujos de origen antrópico que se realizaban sobre planchones rocosos o bloques aislados. En Puchegüín, específicamente en el sector del Lago Vidal Gormaz y en la localidad de Torrentoso, se han identificado tres sitios con pinturas rupestres fechadas entre los años 1.300 y 700 antes del presente (Holoceno Tardío) que permiten observar un fragmento de la vida de los tehuelches representado por motivos geométricos abstractos denominados estilo de grecas. Estas huellas son unos de los indicadores más relevantes para estudiar el movimiento de las poblaciones a través de los cordones cordilleranos entre Chile y Argentina.